Bastó con ver los titulares de varios
periódicos durante toda la semana para ver que no nos estamos haciendo bien…
¿Cuándo fue la última vez que leíste un diario cuyos titulares fueran noticias
positivas? Es más… ¿Alguna vez viste un diario donde todos sus titulares fueran
positivos? Yo tuve esa fortuna, al menos eso creo.
¿Y por qué no nos hacemos bien? ¿Por qué
convivimos pacíficamente con esta tradición del ‘yo por encima de todos’…del
‘todo vale’?
Lo primero en lo que pienso es que se debe
al carácter individualista que forjamos desde niños dejando a un lado la
concepción de bien o mal…Los niños son crueles porque son sinceros, pero en su
sinceridad no miden el daño que ocasionan sus palabras, se burlan y discriminan
a otros niños…No se dan cuenta de ese mal.
Una vaga imagen viene a mi mente, tenía 6 o
7 años tal vez…Unos niños jugaban a tirar un pequeño pollito lo más alto
posible, dejando que cayera al suelo… Lo próximo que recuerdo es estar buscando
cinta con un amigo para ‘pegar’ la patica caída del pequeño animal que
lastimaron esos chicos. Tal vez mi mente reprimió/suprimió lo demás. Puede que
sea mejor así…Ya ven, esos niños no midieron ese mal.
¿Cómo transmitir a niños los principios y
valores fundamentales para nuestro bienestar social?
Esta semana se han registrado, cuanto
menos, 3 muertes causadas por enfrentamientos entre hinchas de diferentes
equipos del fútbol colombiano, y pregunto… ¿Dónde quedó el respeto por las
diferentes formas de pensar, vestir, por las diferentes creencias o simplemente
los gustos musicales? ¿A esos asesinos se les inculcó ese respeto?...Seriamente
lo dudo. Y no, la culpa de esas muertes no es del fútbol, como la sociedad
piensa.
Vaya a una iglesia, me animo a decir que en
el 90% dicen algo como: “La verdad está aquí, en este templo…Si está con
nosotros, se salvará…Fuera de estas puertas todos están condenados y todos
deberán sufrir por no creer en esta verdad”.
Vaya a un concierto que reúna diferentes
artistas y géneros musicales, verá como cada banda y cada cantante es abucheado
desde diversos sectores del público asistente…No podemos convivir con un ideal
diferente al nuestro.
Hemos cometido errores, enseñamos a los
niños la palabra NO. “No hagas, no corras, no grites, no saltes…” nos
encargamos de reprimirlos, pero nos olvidamos de cultivar en ellos los
fundamentos que les permitan ser agentes de cambio.
Y al crecer creemos auto-educarnos, leemos
a un autor, ‘compramos’ su teoría y la defendemos a muerte, pero no
comprendemos que si leemos varios autores, obtendremos criterio.
Cerramos nuestra mente al cambio y negamos
toda posibilidad de debate, luchamos por imponer nuestro pensamiento y nuestras
creencias, ¿de quién es la responsabilidad entonces de todo este mal? No se
trata solamente del dirigente que gobierna, porque tú y yo lo elegimos, no es
del personaje que se ‘cola’ en el
transporte público, porque tú y yo no hacemos nada para evitarlo…Tal vez la
culpa es tuya y mía, tú y yo debemos respetar las creencias religiosas y los
gustos del personaje que está a nuestro lado,
tú y yo debemos evitar juzgar a los demás sin fundamentos; tal vez si tú
y yo cambiamos nuestro comportamiento, si tú y yo cultivamos el amor propio en
nuestros hijos, posiblemente podamos cambiar algo, dentro de muchos años
quizás, pero lograremos cambiar algo.