* ¿Qué son los dioses?
* A los humanos no se les permite preguntarlo
Shaka
durante su muerte me dejó una gran enseñanza, sus sabías palabras supe
recordar:
"Las flores nacen, después se marchitan...
las estrellas brillan, algún día se extinguen...
Esta tierra, el sol, las galaxias y hasta el mismo gran Universo
algún día también se destruirán...
Comparado con eso, la vida del hombre no es más que un parpadeo,
un escaso momento...
En ese escaso momento, las personas nacen, ríen, lloran, luchan,
son heridas, sienten alegría, tristeza, odian a alguien, aman a alguien.
Todo en un solo momento.
Y después, son abrazados por ese sueño eterno llamado muerte".
las estrellas brillan, algún día se extinguen...
Esta tierra, el sol, las galaxias y hasta el mismo gran Universo
algún día también se destruirán...
Comparado con eso, la vida del hombre no es más que un parpadeo,
un escaso momento...
En ese escaso momento, las personas nacen, ríen, lloran, luchan,
son heridas, sienten alegría, tristeza, odian a alguien, aman a alguien.
Todo en un solo momento.
Y después, son abrazados por ese sueño eterno llamado muerte".
Shaka de Virgo, OVA 9 Hades Sanctuary
No es fácil
contener las lágrimas cuando ves que el testigo pasa a unas jóvenes e
inexpertas manos, aún cuando lleva en él los mejores deseos y las mayores
expectativas, pues no siempre nos sentimos capaces de cargar sobre nuestros
hombros la responsabilidad de aquella herencia.
-
¿Y
Dios?...
-
Tal
vez está mirando hacia otro lado, aprendí a odiarlo y amarlo por un mismo acto
-
¿Qué
debe hacer él?
-
No
lo sé, debe amarnos, perdonarnos y brindarnos su calidez, no necesito un dios
que quiera otra cosa, no quiero un dios incapaz de amar a las personas
-
Tal
vez esto no se trate de dios…
-
Se
trata de que los humanos queremos ser superiores
-
¿Y
el testigo?
- El
testigo…
Era mejor
cambiar el tema, ya tenía suficiente con las lágrimas de aquellos que los
rodearon.
Yo no dije
mucho, no fue necesario…Solo quise agradecerle por todo, y pude hacerlo; tal
vez no de la forma en que esperábamos, pero me sentí orgulloso de ello; sentí
que el testigo también quedó en mis manos al cargar su ataúd.